Monday, 31 October 2011

HAPPY HALLOWEEN !!!




Alesia's memories went back to a small cemetery. It was dark and the lighting of smoking candles and torches lit the sacred pitch.  Flowers and gifts of all kinds lay on the graves of that cemetery full of bright colors and festive music. The night of the dead, when looming on the calendar in November, dressed in gala to honor loved ones who were no longer among the living. The hope of impossible concurrency remained inflamed that ancient tradition.

She met with a group of young people equipped with glowing skull masks. She got to try some candy bones of the deceased. Then it appeared the ellipsis in her memory. It happened like a psychedelic hallucination. He was in the midst of a torchlight procession that ran along a spiral staircase looking enamel. She was without knowing how in a shocking and a very beautiful place.
"Girl, what are you doing here?” asked a velvet voice. She then saw the serene face of a woman of middle age. She was Irina that looked at her tenderly. She could barely answer the questions asked by the farmer. That meeting was an extraordinary secret that would forever seal between them. When they left the rolling hills colored in pastel shades, the girl turned her head slightly to take a last look at this mysterious spiral staircase that seemed to reach the highest point of heaven, where dwell the gods.

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Los recuerdos de Alesia se remontaban a un pequeño cementerio. Era noche cerrada y las luminarias de cirios y hachones humeantes alumbraban el recinto sagrado. Flores y ofrendas de todo tipo descansaban sobre las tumbas de aquel camposanto lleno de colores vivos y música festiva. La noche de difuntos, cuando noviembre asomaba en el calendario, se vestía de gala para agasajar a los seres queridos que ya no estaban entre los vivos. La esperanza de concurrencias imposibles mantenía inflamada aquella ancestral tradición.
La joven se topó con un grupo de jóvenes provistos de máscaras de calaveras resplandecientes. Le dieron a probar unas golosinas de huesos de difunto. Entonces se produjo la elipsis en su memoria. Sucedió como en una alucinación psicodélica.  Se encontraba en medio de una procesión de antorchas que discurría por una escalera helicoidal de aspecto adamantino. La joven estaba sin saber cómo en un paraje estremecedor y muy bello.
“¿Niña, qué haces aquí?”, le preguntó una voz aterciopelada.
La muchacha vio entonces el rostro sereno de una mujer de mediana edad. Era Irina, que la miraba con ternura. La joven a penas pudo dar respuesta a las preguntas que le hizo la campesina. Aquel extraordinario encuentro constituyó un secreto que quedaría sellado para siempre entre ambas. Cuando abandonaron las  suaves colinas coloreadas de tonalidades pastel, la muchacha giró levemente su cabeza para echar una última mirada a aquella enigmática escalera de caracol que parecía alcanzar el punto más alto del cielo, allí donde habitan los dioses.

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