The rain melts the ice / La lluvia funde el hielo (Lena. V. Verona)

"When rain falls the ice is melt and when you pet me the fire burns". These lines arising from the  sensitivity of the singer Mari Trini. They bring distant memories in time. Last night I heard this melody from the lighthouse, watching the stars and the angry waves.

I fell asleep and had a very beautiful dream. With a swarthy man I spoke of love and metaphors about a boat that sails aimlessly, guided by chance. I spoke words that made those moments were very sweet. Dreams have the virtue of connecting our ancestral parts of the brain, the limbic system, with the most sophisticated and rational, the cerebral cortex.


It was pure magic and poetry. Together we are transported to lavish virtual havens, Eurice the distant star, the legendary Mauritius and Mykonos. We drank champagne and everything was fine. We walked together for Heliocristal, the city of perpetual peace, where there is always a twilight atmosphere. In these places it is said that the primary force was born, that created the universe. They are ancient legends of its old inhabitants, invisible beings that resemble the angels and watch over the fate of mankind.

When I awoke I could not tell the real from the unreal, I was lost in an unknown dimension. The paradise of dreams is as magical and amazing as the Land of Alice, the heroine of Lewis Carroll.


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“Cuando la lluvia cae se funde el hielo y cuando me acaricias se quema el fuego”. Estos versos nacidos de la sensibilidad irrepetible de la cantautora Mari Trini, me traen recuerdos lejanos en el tiempo”. Anoche escuchaba esta melodía desde el faro, mientras observaba las estrellas y veía las olas embravecidas.


Me quedé dormida y tuve un sueño muy bello. Un hombre de tez morena me hablaba de amor y unas metáforas acerca del una barca que navega sin rumbo, guiada por el azar. Me decía palabras que hacían que aquellos momentos fuesen muy dulces. Los sueños tienen la virtud de conectar nuestras partes más ancestrales del cerebro, el sistema límbico, con las más evolucionadas y racionales, la corteza cerebral.

Todo era mágico y pura poesía. Juntos nos transportamos a paraísos virtuales fastuosos, a la lejana estrella Eurice, a la Isla Mauricio y a la mítica Mikonos. Bebimos Champagne y todo era maravilloso. Paseamos juntos por Heliocristal, la ciudad de la paz perpétua, donde siempre hay una atmósfera crepuscular. En estos parajes se cuenta que nació la fuerza primigenia, la que creó el universo. Son leyendas antiguas de sus viejos moradores, unos seres invisibles que se asemejan a los ángeles y velan por la suerte de la humanidad.

Cuando desperté no sabía distinguir lo real de lo irreal, me había perdido en una dimensión desconocida. El paraíso de los sueños es mágico y tan increíble como el País de Alicia, la heroína de Lewis Carrol.